Me invade la conciliación salomónica con el más allá,
mientras la apoteosis enclaustrada en el lodo de turno
momifica mi #tiemporeal.
Esperar al equinoccio en mi calle Palma
mientras cierro los ojos y los universos paralelos
gritan, susurran, callan, inertes y esporádicos
y pasean por ese minuto en que le doy pausa a TODO.
Quizás el hoy tiene huellas con rostro de estoicismo tatuado
en mi futuro colateral… no sé
y tampoco quiero conocer el camino que va más allá de los
próximos latidos.
Me acurruco en los minutos de tu idioma ancestral después
del último biberón
Minutos… que me enseñaron el camino al único escenario real…
MI VIDA