En algún destino
amaste mis huesos
y lloraste mi muerte,
hoy te abrazo
en la ironía de otro siglo.
Juntos en el devenir
de exilios y vacíos
buscamos arrancar
de este presente
un poco de nosotros mismos.
Ya no me reconoces
y duele encontrarte
no hay ayer en tus venas
mientras mi alma
regresa después de invernar,
te queda camino
me faltan huellas
tu olfato no es el mismo,
ya no reconoces
tu destino.