11 de octubre de 2010

El Cristo del adhesivo




La memoria de lo absoluto
se perdió
en medio de la jauría de almas atascadas
en el semáforo en rojo,
tenía miedo de correr
y esperé como todo el resto…
Soberbio Cristo plasmado en el vidrio retrovisor
me observa… y observa
prisionero en un adhesivo
lejos de de ser él mismo…
impotente y frío
solo observa…
la mirada de una niña descalza
con el hambre recorriendo sus tripas
con la inocencia perdida
esa tarde…
tras lamer el instinto de un extraño sin alma,
una niña que no puede creer en sus palabras
“Jesús te ama”